¿Por y para qué...? ¿De qué sirve?
Fijaos en Dorothy por ejemplo:
Tan mona ella; con su familia, tan cariñosa; su tía Emma y soñando/cantando en un mundo sin casi color (literalmente en la película);
hasta ese perro tan edulcorado por favor.
En fin.
Acaba en ese Maravilloso Mundo de Oz (bueno, cae literalmente de hecho... con casa y todo). Matando a una pobre bruja de estilismo muy chic: solo hay que fijarse en esas maravillosas medias a rallas negras y blancas con esos chapines de rubíes.
Bueno, a lo que iba, que se me va la pinza con el tema moda...
Llega a un sitio desconocido en el que se convierte en una heroína por matar, sin querer, a la pobre (sí otra vez) bruja.
Un sitio nuevo en el que puede vivir muchas aventuras.
Gente distinta y mágica.
Su mundo cambia de color: de hecho, se vuelve technicolor. Y hasta le colocan los fabulosos zapatos...
(en el mundo real por matar a alguien, no te regalan unos Manolo's, ¿verdad?).
Pues eso. Que, en vez de aprovechar las vacaciones, le entra la morriña y se hace super-amiga de la bruja-buena-guapa-aburrida y le da por huir de la bruja malvada de oeste que, seguro, era mucho más divertida.
Toooooodo el mundo le dice que siga el camino de baldosas amarillas.
Ahí... di que sí. A hacer lo correcto....
Lo que dice la bruja buena y todos los demás. Vamos a hacer lo que todo el mundo espera.
Y,¿para qué?
Para encontrar por el camino a unos tipos que ni siquiera saben sostenerse en pie, rellenos de paja por dentro; no lloran porque vayan a enmohecer o, posiblemente no tengan corazón, y hasta uno que solo hace gruñir para ocultar lo cobarde que es en realidad.
¡Bah! Memeces...
¿un camino para que otro tío, que dice ser mago, te encuentre la solución y te lleve a casa...? ¡Venga ya, despierta!
Por cierto... de increíble mago nada: ¡un fraude!
Si es que... nadie es lo que parece y mucho menos esos que dicen hacer magia.
Todo ese camino para desilusionarse y aprender que todo lo que estaba buscando era lo que ya tenía en su casa...
pero, ¡qué aburrida por favor!
De todas formas pequeña, si te hubieras hecho amiga de la Bruja Malvada del Oeste, hubieras llegado a casa rápidamente volando con su escoba... así, esos fabulosos chapines de rubíes hubieran sido utilizados correctamente o, al menos...
lo hubiera hecho todo más divertido, ¿no crees?
Por Hedda